Anthrobots, la promesa de la robótica para reparar tejidos y órganos

La unión entre humano y máquina ha sido una de las mayores fuentes de inspiración para los futuros distópicos de las obras de ciencia ficción. En estas obras los humanos se aprovechan de dispositivos de toda clase para mejorar sus habilidades o tratar sus dolencias. En los futuros que nos plantean, la tecnología de materiales ha mejorado lo suficiente como para que el cuerpo acepte implantes con funciones asombrosas. Pero, lamentablemente, la realidad de la biónica es algo distinta.
La robótica permite recuperar cierta independencia y calidad de vida a personas que han perdido alguna de sus extremidades. En la actualidad se pueden encontrar manos, pies, brazos y piernas completas que ayudan en las tareas del día a día. Las prótesis más avanzadas incluso están conectadas al sistema nervioso del paciente, lo que le permite controlar los movimientos de la prótesis con sus pensamientos. Pero aunque los avances han sido notables en los últimos años, las capacidades de estos dispositivos palidecen ante lo que es capaz de lograr el cuerpo humano. Por ello, una de las grandes metas de la biomedicina es lograr la regeneración de los tejidos. Y ahí es donde entra un concepto de robot que choca con lo que entendemos por máquina. Los anthrobots.
ROBOTS HECHOS CON CÉLULAS
Los anthrobots se crean a partir de unas células especiales que tenemos en nuestro cuerpo denominadas células ciliadas. Las células ciliadas se encuentran en el sistema respiratorio y son las encargadas de limpiar tanto los pulmones como las vías superiores de todas las partículas que inspiramos a lo largo del día. Para ello emplean los cilios, unas estructuras en forma de pelos microscópicos que se encuentran en la membrana celular y que puede moverse como si se tratase de un látigo en miniatura. Cada célula ciliada puede contener decenas o cientos de cilios que se mueven de forma coordinada y hay miles de millones de células en los tejidos que unen la fuerza de sus cilios para actuar como una cinta transportadora que elimina las partículas del tracto respiratorio.
Reparación de tejidos y órganos en los pacientes heridos o con otras complicaciones, como los que hayan sufrido un infarto. De esta manera, en el futuro, las cicatrices o los fallos en los órganos podrían ser cosa del pasado. Sin embargo, no es necesario adelantar acontecimientos. De momento, los investigadores han creado unos robots empleando células humanas que tienen la capacidad de reparar tejido neuronal en una placa de cultivo. Unos resultados que ya son impresionantes por sí mismos.