Coronavirus | De enfermedad respiratoria a multisistémica: cómo en pocas semanas cambió radicalmente lo que sabemos sobre la covid-19

Cuando hablas con médicos de las unidades de cuidados intensivos (UCI) en Reino Unido y otros países del mundo que lidian desde hace semanas con los efectos devastadores de la covid-19, la frase que repiten una y otra vez es: "Nunca hemos visto algo como esto".
Sabían que se venía una nueva enfermedad: una desconocida infección respiratoria que había aparecido por primer vez en China a finales del año pasado.
Pero los casos que fueron llegando tomaron incluso a los especialistas más experimentados de las UCI por sorpresa.
La mayoría de la gente infectada con el nuevo coronavirus tenía sólo síntomas moderados y, en algunos casos, ninguno.
Pero en muchos de los pacientes gravemente enfermos, la covid-19 es una enfermedad extremadamente compleja.

Lo que sigue es un resumen de lo que los médicos aprendieron en estos meses de cómo la covid-19 ataca al cuerpo humano y de todo lo que aún continúa siendo un misterio.
Más que una neumonía viral
Si bien la mayoría de los médicos "esperaban encontrarse con un virus respiratorio que causa neumonía, algo parecido a la gripe estacional pero en una escala mucho mayor", se hizo evidente rápidamente que el virus afectaba mucho más que la respiración de la gente, le dice a la BBC Anthony Gordon, médico de la UCI del Hospital St Mary en Londres.
La neumonía viral es una enfermedad desagradable -una infección grave de los pulmones que provoca inflamación a medida que el cuerpo lucha contra ella-, pero en los peores casos, la covid-19 era algo totalmente nuevo.
"Es un tipo de enfermedad muy distinta a lo que hemos visto hasta ahora y difiere de paciente a paciente como ninguna otra", dice Ron Daniels, médico de una UCI denBirmingham, Reino Unido.

A los pacientes más graves les provoca inflamación y coágulos de sangre, ataca múltiples órganos y causa problemas que ponen su vida en riesgo.
"Hemos tenido pacientes muy, muy enfermos cuya masa corporal sufre unos cambios profundos", le dice a la BBC Beverly Hunt, especialista en trombosis que trabaja en una UCI en Londres.
Oxígeno
En marzo, cuando el virus empezó a propagarse más rápidamente en Reino Unido, a los hospitales llegaban pacientes con falta de oxígeno.
Pero también otros, los más graves, que presentaban problemas en órganos más allá del sistema respiratorio y cuya sangre tenían características que los médicos no pueden explicar.
"Aún no sabemos por qué algunos pacientes se sienten bien al principio, aunque tengan niveles bajísimos de oxígeno en su sangre", dice Hugh Montgomery, médico de cuidados intensivos del Hospital Whittington, en el norte de Londres.

Anthony Gordon cree que esto "podría estar vinculado a que la inflamación está afectando a los vasos sanguíneos".
"(La infección) No le permite al oxígeno llegar a la sangre y eso da lugar a los bajos niveles (de saturación), pero los pulmones no se ven afectados en esta primera fase".
Por eso muchos médicos se han cuestionado si el uso de ventiladores artificiales para ayudar a los pacientes a respirar es lo más indicado para esta enfermedad.
Si bien ha contribuido a la recuperación de muchos pacientes graves, en algunos poner el foco en los pulmones resultó ser un tratamiento equivocado.