Embarazos en estudiantes de Tarija superan los 700 casos y evidencian ausencia de políticas públicas

La Dirección Departamental de Educación de Tarija reportó que, desde enero hasta la fecha, se registraron 704 casos de embarazos en estudiantes de distintas unidades educativas, una cifra que alarma no solo por su magnitud, sino porque evidencia un problema estructural que trasciende los esfuerzos aislados de sensibilización.
La directora departamental de Educación, Eldy Urzagaste, manifestó su preocupación por el crecimiento constante de estos índices, a pesar de las campañas impulsadas en las aulas. “Mientras más sensibilización tenemos, los casos siguen subiendo. Es una preocupación constante y reiteramos a los padres de familia la importancia de conversar con sus hijos”, declaró.
Entre la escuela, la familia y un Estado ausente
Si bien las autoridades educativas insisten en que la responsabilidad también recae en las familias, el fenómeno pone en entredicho la efectividad de las políticas públicas en educación y salud sexual y reproductiva. La realidad demuestra que los programas aplicados no logran frenar una problemática que afecta directamente el futuro de cientos de adolescentes y condiciona sus oportunidades de desarrollo.
“Hay muchos factores que influyen, como el consumo de bebidas alcohólicas a temprana edad, que puede derivar en estas situaciones”, señaló Urzagaste. Sin embargo, especialistas advierten que reducir el problema a la dinámica familiar o al comportamiento individual es insuficiente si no se cuenta con una estrategia estatal sólida, con enfoque integral, que abarque desde educación sexual en las escuelas, acceso a servicios de salud, prevención de violencia y desigualdad de género, hasta acompañamiento psicosocial.
El derecho a la educación en riesgo
Urzagaste recordó que ninguna estudiante en situación de embarazo puede ser excluida del sistema educativo. En caso de que no continúe en su unidad educativa, la normativa establece su transferencia a educación alternativa para garantizar la conclusión de sus estudios. “El derecho a la educación debe estar garantizado para todas las estudiantes”, remarcó.
No obstante, organizaciones sociales alertan que en la práctica muchas adolescentes abandonan las aulas por estigmatización, falta de apoyo institucional o presiones familiares. Esta realidad reproduce círculos de pobreza y exclusión que afectan tanto a las jóvenes madres como a sus hijos.
Una problemática que exige políticas reales
El aumento de embarazos en edad escolar no solo refleja la necesidad de diálogo familiar, sino también la urgencia de políticas públicas sostenidas y efectivas, con presupuestos adecuados y metas claras. La falta de coordinación interinstitucional entre Educación, Salud y gobiernos subnacionales deja a las adolescentes en un escenario de vulnerabilidad.
Mientras no se priorice esta problemática como una política de Estado —y no solo como campañas pasajeras— Tarija seguirá sumando cifras que revelan un drama social profundo: niñas y adolescentes obligadas a asumir maternidades tempranas, con un futuro truncado por la ausencia de prevención, apoyo y protección real.