La Asamblea de la OEA arranca con un llamado a la desescalada del conflicto en Oriente Medio

Fotografía del secretario general de la OEA, Albert Ramdin (i), el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne (c), y el secretario adjunto de la OEA, Néstor Méndez, en la apertura de la Asamblea General.

El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Albert Ramdin, inauguró este miércoles la 55 Asamblea General del organismo, celebrada en Antigua y Barbuda, con un llamado a la «desescalada» del conflicto en Oriente Medio, tras los recientes bombardeos estadounidenses en Irán.

“La escalada de las recientes acciones militares en Oriente Medio y los conflictos en curso deben evitarse a toda costa”, declaró Ramdin en el discurso inaugural de la Asamblea General, que acoge a varios cancilleres de América, así como el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau.

El surinamés, que inauguró el evento junto al primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, subrayó que «en un mundo con muchos desafíos profundamente arraigados, el mantenimiento de la paz y la seguridad es fundamental».

El secretario general de la OEA, Albert Ramdin (i), dando su discurso en la apertura de la 55ª Asamblea General del organismo, en Saint John’s (Antigua y Barbuda).

«Hacemos un llamado a la desescalada y la moderación, ya que las partes deben recurrir a medios diplomáticos y pacíficos para resolver este conflicto», continuó el secretario del organismo hemisférico.

La Asamblea General, que tendrá lugar hasta el viernes en la Universidad de Antigua, es el debut de Ramdin, quien en mayo pasado sucedió en el cargo de secretario general de la OEA al uruguayo Luis Almagro.

La división en la Asamblea de la OEA en torno a EE.UU. e Irán

En vísperas de la Asamblea de la OEA, el Departamento de Estado de Estados Unidos había pedido a los países de Latinoamérica definir «de qué lado están» en el conflicto con Irán, tras el bombardeo estadounidense del fin de semana pasado contra tres instalaciones nucleares de la República Islámica.

«Es hoy en día una gran oportunidad para que los países en la región se den cuenta de qué lado van a estar, si van a apoyar a un régimen que es un patrocinador estatal del terrorismo o qué postura van a tomar», expresó una alta funcionaria del departamento el lunes en una rueda de prensa.

El ataque ha dividido a Latinoamérica, donde Chile, Colombia y Brasil han criticado el bombardeo de Washington, por presuntamente violar el derecho internacional y escalar la violencia; mientras, Argentina ha respaldado a Estados Unidos; y otros, como Cuba y Venezuela, se han solidarizado con su aliado, Irán.

Durante uno de los foros celebrado este miércoles en la Asamblea General, la canciller de Bolivia, Celinda Sosa Lunda, denunció que las acciones de Estados Unidos «violan el derecho internacional» y que pueden «causar consecuencias fatales para todo el mundo».

La búsqueda de soluciones para Haití

Otro de los grandes temas de la asamblea será la situación en Haití, donde las bandas armadas siembran el terror con ataques, asesinatos, secuestros y violaciones.

La OEA va a debatir durante estos días una resolución patrocinada por Estados Unidos que pide a los Estados miembros que «presten apoyo» a la misión de seguridad desplegada el año pasado, bajo el liderazgo de Kenia.

En ese sentido, Ramdin dijo durante su discurso inaugural que los países de la región deben «identificar caminos realistas para la estabilidad y el desarrollo de Haití».

El nuevo secretario general explicó que está desarrollando un plan integral que incluye la entrega de ayuda humanitaria al país caribeño, la celebración de elecciones en ese país y el desarrollo de oportunidades económicas.

La Asamblea General, que se reúne de forma anual desde 1971, es el máximo órgano de decisión de la OEA y está integrada por delegaciones de todos los Estados miembros, generalmente en cabeza de sus ministros de Relaciones Exteriores.

El encuentro marca la primera vez que la Asamblea General tiene lugar en Antigua y Barbuda, una pequeña nación insular de 93.000 habitantes.

FUENTE: EFE