La necesidad de una transición energética justa, en el centro del debate global

La reciente COP30 en Brasil cerró entre avances y tensiones, dejando en evidencia la urgencia de una transición energética justa, así como las dificultades del sistema multilateral para acordar la salida de los combustibles fósiles en el año más cálido jamás registrado.

Avances en el mecanismo de transición justa

La conferencia climática logró un paso clave al aprobar el desarrollo de un mecanismo internacional para una transición justa, incorporando principios de derechos humanos, género, consentimiento previo e informado y autodeterminación de los pueblos. Este mecanismo busca fortalecer la cooperación internacional, la asistencia técnica y el desarrollo de capacidades para transformar sectores como el energético y el agroganadero, priorizando a trabajadores y comunidades afectadas.

Temas ausentes: combustibles fósiles y riesgos socioambientales

Pese al progreso, el texto final dejó fuera temas urgentes discutidos durante las negociaciones:

  • La necesidad de transitar fuera de los combustibles fósiles.

  • Los impactos socioambientales de la extracción de minerales clave para la transición energética.

Ambos puntos fueron apoyados por varios países y redes, pero no resistieron las tensiones entre productores de combustibles, grandes consumidores de minerales y naciones del sur global.

Mutirão Global: una declaración sin mención a los combustibles fósiles

El documento político central de la COP30, conocido como Mutirão Global, reconoce la urgencia climática, pero omite mencionar el abandono de los combustibles fósiles, retirando incluso la frase “transitioning away from fossil fuels”, presente en la COP28 de Dubái.

Esta ausencia profundiza la distancia entre la política y la ciencia, considerando que carbón, petróleo y gas generan más del 75% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

El desafío de una transición energética sin reproducir desigualdades

Incluso con una eliminación acelerada de los combustibles fósiles, la transición energética podría reproducir modelos extractivistas si se reduce a un simple recambio tecnológico. La creciente demanda de litio, cobre y otros minerales —impulsada por la electromovilidad, la economía digital y la industria aeroespacial— incrementa la presión sobre territorios del sur global, generando degradación ambiental y afectaciones a comunidades.

Un cierre paradójico para la COP30

La cumbre avanza en reconocimiento de derechos, justicia climática y participación, pero continúa sin una decisión concreta para abandonar progresivamente los combustibles fósiles. Los próximos años serán decisivos para traducir el mecanismo de transición justa en acciones reales que no repitan inequidades históricas ni sacrifiquen territorios en nombre de la transición energética.

FUENTE: EL PAIZ