Más de 15 líderes regionales emergieron de la llamada “revolución de las pititas”

Una de las movilizaciones que se realizaron en la ciudad de Tarija. Foto:Rolando Vacaflor

Surgieron desde los comités cívicos, de las universidades, del activismo y desde los sectores sociales. “En general fue un periodo de empoderamiento ciudadano sin precedentes”, manifestó Fede Morón.

Más de 15 líderes regionales emergieron  de la llamada “revolución de las pititas”, el proceso político que vivió el país después de las elecciones del 20 de octubre (20-O).  Surgieron desde los ámbitos cívico, universitario, del activismo y desde los sectores sociales.

“Creo que en general fue un periodo de empoderamiento ciudadano sin precedentes”, afirmó Fede Morón, activista de  Ríos de pie. “Toda esta gente que estuvo en las calles y que demostró  amor por Bolivia,  en algún momento debe  asumir el rol político”, afirmó Rolando Vacaflor, líder de Ojota.     

En el caso de Santa Cruz, más allá de Luis Fernando Camacho,  entre los líderes que  sobresalieron tras el 20-O está Alejandra Serrate, activista y  quien es recordada  por la frase emblemática que pronunció en uno de los cabildos: “La libertad no se pide, se defiende”. 

Además de ella,  también está Pablo Fernández, actor y humorista, quien convocaba a los cabildos y fue uno de los protagonistas de  la movilización. “Se vienen mejores días para Bolivia, se vienen días cargados de libertad, democracia y unión entre Bolivianos”, dijo.    

De igual forma entre los liderazgos emergentes están  Jhanisse Daza  y Fede Morón, activistas de Ríos de pie, un movimiento ciudadano que  “busca generar una corriente hacia un orden plenamente democrático”. 

Morón explicó que más allá de los liderazgos visibles, en Santa Cruz emergieron líderes  “rotonda por rotonda”. “En la ‘revolución de las pititas’, cada rotonda se organizaba, tenía hasta directiva, era gente que coordinaba entre rotondas. Entonces, aparecieron una serie de liderazgos de niveles intermedios menos mediáticos, que es impresionante”, comentó.  

En el caso de Cochabamba  no hubo un liderazgo  como el cívico en Santa Cruz y hasta  el 10 de noviembre -día en que Evo Morales dimitió- este medio contabilizó hasta siete grupos de resistencia.

No obstante, tras la renuncia de Morales,  ganó protagonismo Resistencia Juvenil Cochala (RJC). Yessir Molina, dirigente de ese movimiento, subrayó  el papel de ese grupo como un “escudo”.

“Si no hubiera habido resistencia, la turba del MAS se hubiera pasado como si nada y hubieran destrozado La Paz. Tienen que entender que Cochabamba fue  el escudo como corazón de Bolivia”, manifestó. 

Molina aseguró que RJC   nació sin fines de lucro y que no pertenece a una plataforma o partido. Hoy su objetivo -manifestó- es “defender nuestra ciudad”.  

En el caso de Potosí se menciona como líderes emergentes de la “revolución de las pititas” a Juan Carlos Manuel, vicepresidente de Comité Cívico Potosinista (Comcipo) y Ramiro Marcos Subia Chirinos, presidente del comité de movilizaciones de Comcipo. 

Más allá de la dirección cívica se destaca también el rol de  las mujeres. “Lo más notable fue la participación de las mujeres, que han ocupado  un lugar bastante preponderante”, indicó Erwin Valda, de El Federal, quien destacó el rol  de   Martha Ugarte, líder de la universidad,  y de Ruth Velasco.  

En Oruro más de una docena de personas se destacaron. Representantes de diferentes sectores se  articularon para   protestar, como: transporte pesado, gremiales, magisterio, salud, universitarios, lustrabotas, activistas y partidarios. Javier Quiroga es uno de los líderes  que más suena en la tierra orureña. Es representante del transporte pesado y presidente de la coordinadora interinstitucional, explicó  la activista Abigail Chiri. 

Ella, de igual forma,  destaca   a “mujeres valerosas” como las activistas Goldi Aguilar, Mariel Torrez y Neusa López. En representación del magisterio se subraya  el rol  de Gardenia Cortez, parte de la delegación orureña que acompañó a las comitivas de Sucre y Potosí, y que resultó herida en la emboscada en Vila Vila.

En Beni, quien destaca es  Fernando Llapiz. Su liderazgo está asociado al renacimiento del movimiento cívico en esa región. El comité estaba en manos del MAS. El 1 de noviembre, un cabildo departamental que se realizó a los pies del monumento Cipriano Barace de Trinidad determinó la “toma pacífica” de la sede cívica. 

Llapiz antes de asumir el liderazgo cívico fue presidente del Conade en Beni. Tiene 21 años.   “Yo no quiero de aquí a 15 años decirle a mi hijo que vive  como vive, porque yo en su momento, cuando tuve la oportunidad de hacer algo, no hice nada”, aseguró.    

En Beni también se destaca  Inti Méndez, un joven activista, con gran llegada a la población a través de las redes sociales.  “Fue un aporte fundamental”, afirmaron. De igual forma se subraya el rol  de Javier Vaca, activista de Comunidad Ciudadana.   

En Tarija se destaca  la organización que llevaron adelante los activistas, universitarios y cívicos. “Hemos organizando nuestras propias vigilias. Hemos organizado marchas”, dijo   Rolando Vacaflor, activista de Ojota. 

Entre los líderes también está Marco Gutiérrez, estudiante de la  Universidad Autónoma  Juan Misael Saracho, quien trabaja además con ONG y  lideró varias movilizaciones; y  Sebastián Ortega, representante de las cuerdas (comparsas).   “Un líder nuevo que salió de la nada”, afirmó Vacaflor.  

También se menciona a la presidenta del Comité Cívico Femenino de Tarija, Paola Mendoza, quien convocó a medidas de protestas. “Paola Mendoza es una tarijeña más, una boliviana más, que siempre ha estado en las calles con sus bases del sector salud, peleando por reivindicación, peleando por libertad, pelando por la justicia en este país y en este departamento”, declaró ella  en una entrevista a Nuevo Sur.

En el caso de Chuquisaca, entre quienes sobresalen está Rodrigo Echalar, presidente del Comité Cívico de Chuquisaca (Codeinca).  “Aquí no hay ningún vendido, hay un líder dispuesto a dar su vida por su pueblo, lamentamos que el gobierno (de Morales) provoque con la asistencia de militares, que no provoque a este pueblo porque tiene tradición revolucionaria”, declaró  ante una multitud el 22 de octubre, cuando decidió convocar a paro cívico en esa región. 

En Pando informaron que el comité cívico está regentado por líderes  del MAS, y que si bien hay  varias personas  “salen”  a la palestra, “no hay nadie representativo”. 

En el caso de La Paz, entre los liderazgos que se destaca está el de Waldo Albarracín, rector de la UMSA y líder de Conade. También se menciona a Rolando Villena, exdefensor del pueblo e integrante de Conade. En la zona Sur, se subraya  el rol de Daniel Lee Munroe Miranda, quien lideró los puntos de bloqueo en esa parte de la urbe paceña 

“Para mí revolución es cuando los derechos humanos son violados y es lo que el gobierno debería resguardar: los derechos humanos y las condiciones sociales y económicas. Cuando esto no es respetado, se necesita una revolución”, fue la declaración de Munroe Miranda que se lo conoció  el mismo día en que Morales renunció. 

 Jhanisse  Daza,  líder de Santa Cruz. (Ríos de pie)

Alejandra Serrate,  activista cruceña.

Fede Morón,  líder de Santa Cruz. (Ríos de pie)

Pablo Fernández,   actor y comediante de Santa Cruz.  

Ramiro  Subia Chirinos,  cívico potosino.

Juan Carlos Manuel,  vicepresidente de Comcipo.El Potosí

Fernando Llapiz,  líder cívico   de Beni.

Yessir Molina,  líder de Resistencia Juvenil Cochala.RRSS

Rolando Vacaflor,  líder de Ojota, de Tarija.

Marco Gutiérrez,  líder universitario de Tarija.

Sebastián Ortega,  activista tarijeño.

Paola Mendoza,  líder  cívica de Tarija. La voz de Tarija

 

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