En México ya se preguntan si no son cómplices de Morales

Andrés Manuel López Obrador apostó por posicionarse como líder de la izquierda, con Evo Morales
Desde el mismo instante en que pisó suelo mexicano, Evo Morales Ayma ha cosechado respaldos y rechazos en el país del norte.
La decisión del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y en particular de su canciller, Marcelo Ebrard, de otorgar asilo político al expresidente boliviano, además de la afinidad ideológica, coincidió con la aspiración de AMLO de posicionarse como uno de los líderes de la izquierda en América Latina, en momentos en que las corrientes de izquierda todavía sufren los embates de la arremetida liberal-conservadora. El ejecutivo mexicano no ahorró esfuerzos para recibir a Morales como víctima de un supuesto golpe de Estado.
Rápidamente, las voces discordantes por la “protección” que recibió Morales se hicieron oír. Especialmente de parte de los partidos de la oposición, encabezados por el PAN, que resaltaron las cuentas pendientes de Morales en Bolivia, no solo en el plano político, sino también con la expansión del narcotráfico durante su gestión.
La legisladora panista Alejandra Noemí Reynoso Sánchez planteó, incluso, la necesidad de impulsar una consulta sobre la conveniencia de mantener o no a Morales en México.
Por su parte, el senador del PRI, Miguel Ángel Osorio Chong, consideró que ha habido excesos en el apoyo logístico para que el expresidente sudamericano pudiera llegar a México, “lo que nunca se ha ocupado para un ciudadano mexicano, ahora se hace para un extranjero”.
Ricardo Homs, de la Academia Mexicana de la Comunicación, se preguntó en El Universal: “¿Somos cómplices de Evo?”, tras señalar que México estaría rompiendo su tradicional política de no intervención en los asuntos de otros Estados al permitir que Morales utilice el territorio mexicano “para comandar las agresiones contra sus compatriotas en Bolivia y se le brinda todo tipo de protección”.
Fuente: EL DEBER
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