Productores no garantizan precios estables de alimentos

Debido a la situación económica que atraviesa el país, los productores agropecuarios reconocieron que no son capaces de mantener los precios de los alimentos estables, debido a la volatilidad del tipo de cambio del dólar.

“Como productores primarios, ante el incremento diario del dólar, ante el incremento diario de los fletes y la falta de provisión normal de combustibles que es fundamental en la hoja de costos, nosotros no podemos ya garantizar un precio estable”, afirmó el vicepresidente de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC), Rolando Morales.

En los últimos días, el dólar en el mercado paralelo llegó a cotizarse en hasta Bs 20, aunque posteriormente descendió a Bs 17, lo que, de todas formas, representa un incremento considerable en relación al tipo de cambio oficial, que se mantiene en Bs 6,96.

Morales explicó que esta situación genera que los costos de producción encarezcan constantemente, pues la mayoría de insumos que se utiliza en el sector agropecuario son importados, por lo que se los paga en dólares que cada vez más costosos de conseguir.

En ese sentido, el vicepresidente de la CAC indicó que antes, mientras el país tenía estabilidad, se podía fijar los precios de los productos y alimentos en base a cierto margen de mínimos y máximos, pero ahora no se puede hacer lo mismo pues “no se sabe qué va a pasar mañana”.

Sin embargo, hizo un llamado al Viceministerio de Defensa de los Derechos del Usuario y del Consumidor y las intendencias municipales para controlar los precios de los productos en los centros de abasto.

Desde el Gobierno, se apunta contra los intermediarios por el encarecimiento de varios productos básicos de la canasta familiar, a los que acusan de especulación. Morales, por su parte, no rechazó esta posibilidad, pero recordó que en el país los comerciantes pueden vender sus productos según la ley de la libre oferta y la demanda.

En su criterio, el trabajo entre Gobierno, alcaldías, productores y ciudadanía permitirá obtener un mejor control sobre los precios y evitar el alza constante de la canasta familiar que afecta a toda la población.

FUENTE: LA RAZÓN